Baldovino Gómez Alba
Seremi de Gobierno
Magallanes y Antártica Chilena
Esta
semana la Presidenta Michelle Bachelet promulgó la ley que instaura el acuerdo
de vida en común, una norma que llega para regular y proteger a aquellas
parejas del mismo o diferente sexo que conviven sin estar casadas.
Se
trata de una situación bastante frecuente en nuestra sociedad, donde muchas
parejas optan por hacer vida en común sin que haya matrimonio de por medio.
El
acuerdo de vida en común no significa rechazar ni restar importancia al
matrimonio.
Lo
que sí representa es una nueva visión del Estado que reconoce los derechos y
deberes de quienes optan por otra manera de hacer sus vidas en común, incorporando
en este nuevo trato a las parejas homosexuales sin ninguna discriminación o
diferencia.
Dentro
de seis meses, cuando entre en vigencia esta ley, todas las parejas que
conviven podrían ir al Registro Civil a celebrar
un contrato a través del cual el Estado reconoce su nuevo estado civil y regula
ante la ley diversos aspectos de su relación.
Hacía
falta una legislación de este tipo, que viene a resolver temas tan
fundamentales para cualquier pareja como la protección en materia de salud, la
herencia, el cuidado de los hijos si lo hay y el reconocimiento y respeto de la
sociedad por la diversidad.
Es
destacable que en su discusión en el Congreso esta norma encontró apoyo de
todos los sectores políticos y que en su elaboración participaron diferentes
grupos que respaldan la diversidad.
El
acuerdo de unión civil generó también críticas de sectores conservadores y de
las iglesias.
Las
miradas distintas son respetables, sobre todo si se plantean con altura de
miras.
Lamentablemente
no siempre ha ocurrido así, porque que hay quienes creen tener la última
palabra sin considerar la diversidad de credos, opiniones y opciones de vida.
Al
respecto quisiera afirmar que la verdadera agenda valórica va mucho más allá de
lo referido a la sexualidad, como algunos sectores parecen creer.
Son
también temas valóricos el respeto a los derechos humanos, el acceso a la
vivienda, al agua, una educación de calidad, trabajos dignos y salario ético.
Por
todo esto y más estamos trabajando bajo el liderazgo potente de la Presidenta
Michelle Bachelet, cumpliendo los compromisos que el gobierno asumió ante la
gente.
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