Baldovino Gómez Alba
Secretario Regional Ministerial de Gobierno
Magallanes y Antártica Chilena
La reforma a la educación fue y sigue siendo uno de
los pilares del programa del gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.
Cuando se trata de combatir la salvaje desigualdad que
impide a millones de chilenos y chilenas mejorar su calidad de vida, comenzar
por nivelar la cancha en la educación es lo lógico y prioritario.
Hay quienes se oponen y quieren disfrazar estas
reformas como algo peligroso, repitiendo una y otra vez frases como que se
cerrarán los colegios o que la clase media resultará perjudicada.
En las últimas semanas dos establecimientos
educacionales de Punta Arenas que en los últimos años recibieron subvención
estatal y cobraban un copago anunciaron su paso al sistema particular pagado.
Eso no tiene nada de raro pues los sostenedores tienen
la plena libertad de asumir la forma en que van a trabajar en el futuro. Nadie
obligará a ningún colegio a seguir un rumbo que no quiera.
Por otra parte, dos colegios de Puerto Natales que en
los últimos años recibieron subvención del estado y tenían copago anunciaron su
paso desde el próximo año a la gratuidad total.
Estos colegios de la congregación salesiana van a
recibir desde el 2016 más recursos del Estado para dedicarlos a labor
educacional.
Y mejor aún, la congregación ha informado que con el
tiempo, gradualmente, todos sus establecimientos pasarán a la gratuidad.
Algunos, los que apenas ven lo que les conviene, se
quedaron solo con la primera noticia y por eso dedujeron que la reforma es
mala.
Pero les faltó ver el otro lado de esta historia, y
tampoco quieren que los demás la vean.
Me refiero a los establecimientos que dejarán de
cobrar y sobre todo a las familias que dejaran de pagar, sin perder la calidad
en la educación de sus hijos e hijas.
También se olvidan los críticos de la sala cuna que se
construyó en Puerto Natales que ya atiende a 80 párvulos en instalaciones de
lujo… y gratis.
No quieten ver ni quieren que los demás vean las
acciones que van a fortalecer a las escuelas públicas, como el aumento de los
aportes del estado, mejoramiento de la alimentación escolar, tarjeta
estudiantil válida todo el año, notebooks con conexión gratis por un año para
todos los alumnos y alumnas de séptimo básico de escuelas públicas.
Se olvidan los críticos de la reforma del programa de
acompañamiento y acceso efectivo a la educación superior, que trabajará con más
de 300 estudiantes de enseñanza media de la región de liceos públicos para
apoyarlos en el paso a instancias superiores en su formación.
Y mientras eso ocurre seguimos avanzado por mejorar la
infraestructura de los establecimientos a través del programa sello; por
avanzar en un centro de formación técnica gratuito para Magallanes y por
construir una carrera docente a la altura de los desafíos.
Esta es una reforma de verdad, que avanza, que genera
acuerdos y supera dificultades.
Los niños y niñas de Chile y de Magallanes se la
merecen.
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